Todos tenemos una. O es nuestra o compartimos su propiedad, pero la historia siempre es similar: su decoración conserva los recuerdos de un tiempo pasado, en el que se vivía de otra manera. Ahora, lleva mucho tiempo sin usarse de manera asidua y se ha deteriorado.
Renovarla es imprescindible, ya que, si no se hace, el deterioro será irreversible. Es la casa del pueblo y, si vas a renovarla, aquí te detallamos cuestiones a tener en cuenta, pues no es un proyecto de compra de pisos. Es algo más importante.
Toma nota
– Infórmate de la normativa vigente: cuando vuestra casa se construyó, las normativas urbanísticas eran otras. Es posible que la propiedad incluya espacios no legalizados o alguna de las cosas que pretendes incorporar con la reforma queden fuera de normativa.
– Contrata un arquitecto: reformar una casa antigua no es como la venta de un piso. Ponte en manos de un profesional, explícale qué pretendes y él sabrá trasladarlo a un plano.
– Confía en profesionales de la zona: si vas a renovar tu casa del pueblo es por creer que tu pueblo es un buen sitio para invertir. Así que harás bien si inviertes en los negocios de la zona. El pintor, albañil y fontanero de tu pueblo conocen las características de las casas de la localidad y sabrán hacerte el mejor trabajo al mejor precio. Y, de paso, ayudarás, con tu dinero, a que tu pueblo se mantenga.
– No escatimes: una casa de pueblo se reforma para disfrutarla. Si las comodidades son máximas, la usarás de manera intensiva. Si no, quizá no vayas tan a menudo y malgastarás la inversión.
– Valora alquilarla por temporadas: debes obtener una rentabilidad de lo invertido y una buena opción es alquilar. Contacta con personas de tu pueblo dispuestas a echarte una mano. Te ayudarás a ti mismo y ayudarás a tu pueblo ampliando la oferta de alojamiento.